Cuando la única vía posible para llegar a la maternidad-paternidad es la recurrir a la donación la mayoría de los padres entran en una fase de difícil aceptación. Como en muchos otros momentos del proceso médico es preciso hacer un duelo que nos permita continuar y escoger las vías posibles: la adopción de embriones o las creaciones embrionarias con donantes (ovocitos y esperma). Es preciso tomar una decisión firme y estar plenamente convencido de la vía escogida para continuar con nuestro camino. Valorar el antes, el durante y el después es vital para sentirse bien consigo mismo al iniciar el proceso. La esencia de la paternidad no reside en traspasar nuestro material genético, lo principal es: cuidar, educar y dar valores a nuestros hijos, transfiriendo conocimiento y experiencia vital, enseñarles como vemos el mundo. La importancia de transmisión de los genes es totalmente relativa, es preciso informarse sobre la epigenética si este paso nos supone un dilema importante, contar con una mayor información al respecto puede hacernos sentir en paz con nuestra decisión. La epigenética es la parte de la genética que estudia cómo los factores externos influyen en la expresión de los genes.
El deseo de maternidad y paternidad es muy superior al deseo de que el hijo engendrado lleve nuestros genes.

La paternidad-maternidad pone en marcha un proyecto vital educativo y lleno de amor, que supone un largo proceso desde el inicio de la conciencia de la paternidad y maternidad, pasando por las actividades de crianza y socialización de los hijos pequeños, sin descuidar el apoyo de los hijos durante la adolescencia y ayudándoles en su madurez hasta llegar a ser adultos. Es obvio que la maternidad-paternidad requiere una gran implicación emocional y personal, llena de nuevos sentimientos, derivados de este proceso, creando también sueños y metas durante toda la crianza de los hijos. Las conexiones entre padres e hijos se forman y hacen fuertes especialmente durante el primer año del bebé.
Las personas vivimos una media de 90 años, no dejes que la carga genética y sus 6 primeros días como embrión desmerezcan los 90 años restantes junto a ti y los tuyos. No se nace, se hace. Get your family
Para aquellos que tengáis que compartir dos técnicas como la adopción de embriones y la subrogación para poder ser padres: nuestros hijos siempre se parecen a nosotros ya en sus gestos, sus miradas, su forma de guiñar el ojo, de subir una ceja, como se expresan y incluso como piensan…. Eso no lo aporta la genética lo aportamos nosotros cada día con la convivencia, la educación, nuestros cuidados, nuestra forma de ver el mundo y de vivir la vida hace que ellos la adopten como suya… definamos pues el concepto adopción.
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