En muchas ocasiones aquello que la sociedad espera de nosotros nos crea angustia, ansiedad y en consecuencia inestabilidad emocional. Si además de no alcanzar nuestro objetivo de ser padres nos vemos obligados a pasar a ovodonación, es común que la futura madre se sienta culpable y su autoestima disminuya de forma considerable. En ocasiones desencadenando un cuadro depresivo difícil de sobrellevar.
*Ante el constante retraso de la maternidad tan sólo queda una vía, recurrir a la FIV con ovodonante. El sentimiento de egoísmo y culpabilidad por haber priorizado otros aspectos de su vida emergen de forma constante durante el proceso, es inevitable.
*Una de las principales preocupaciones al pasar a ovodonación es la apariencia física que tendrá el futuro bebé, quizá haya algo en ese niño/a que no les permita identificarse con ellos y eso les suponga un claro problema.
*El vínculo emocional también supone un handicup, dudan sobre si van a sentirlo igual o no que si fuera de su propia carga genética. Que puedan portar alguna enfermedad o algún rasgo muy característico emocional difícil que les dificulte su aceptación también les quita el sueño.
*La no aceptación de familiares o amigos cercanos también suele crear inquietudes y miedos pues, es un recurso comúnmente conocido achacar a la genética familiar nuestros parecidos y nuestros fallos…forma parte de nuestro roll familiar y claramente puede crear momentos de desconcierto. Atribuir aquello que somos a la genética evoca seguridad pues hay ciertos aspectos que nos es más fácil atribuirlos a la cadena de ADN que a nuestros fallos adquiridos.
Es primordial trabajar el conflicto interno que sea crea al pasar a la ovodonación, el significado de la ovodonación debe cambiar en su interior, dejar de lado los temores y ver este paso como un camino a la maternidad, da igual como hayamos conseguido ser padres, ser padres es el concepto de peso no el método por el que se ha conseguido. El sentimiento y el concepto FAMILIA debe estar por encima de todo en todo momento. Una vez el bebé esté en nuestras vidas, esos miedos desaparecerán de forma considerable y las similitudes aunque no provengan del ADN se desarrollarán también permitiendo crear una identidad compartida.
Aquellos que nos hace especiales, no es de dónde venimos sino hacia dónde vamos.
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