Tener un hijo mediante ovodonación: ¿El sentimiento es el mismo con o sin vinculo genético?
Cuando mi esposo y yo hablamos sobre tener un hijo con FIV heteróloga, me asusté. Horas de insomnio, pensando: ¿y si nunca hubiera vínculo con el bebé? La situación fue particularmente dolorosa para nosotros. Después de dar a luz a mi hijo, tuve una hija, Laura, nació muerta. Entonces sufrimos cuatro abortos, FIV, intentos de adopción frustrados …
Estaba claro que ya no podíamos recurrir a mis óvulos ni a un embarazo. Así que nuestra única esperanza era recurrir a un donante y una gestante, tener un hijo que únicamente tuviera vínculo genético con mi esposo, no conmigo. Solía pensar: ¿Puedes sentir lo mismo con un niño que no has parido y con quien no tienes vinculación genética?
Tener un bebé, no importa cómo lo hagas, es lo más hermoso. Esto es lo que me dije durante esas noches de insomnio. Pero no solo estaba pensando en mí: nuestra herencia genética es importante para nosotros porque creemos que es lo que nos hace quienes somos.
Pero ¿es realmente así?
Me llamó la atención saber qué papel juega la genética en nuestro día a día. Y así comencé a leer testimonios escritos por aquellos que ya lo habían vivido.
Conozco a muchas personas que tienen un bebé concebido naturalmente, pero luchan por tener una conexión real.
La genética no es de gran ayuda en las acciones diarias de los padres. Mi política es recordar que todo lo que mi hija hace tiene poco que ver con sus genes o las circunstancias de su nacimiento.
Nuestra comprensión de la genética es, en el mejor de los casos, parcial. Es inexplicable, por ejemplo, cómo desde el momento de la concepción percibí que ella se parecería a mi madre. En realidad, por supuesto, ella no tiene conexión genética con mi madre. Pero lo sabía. Y, sin duda, son increíblemente similares.
Sin duda, los científicos continuarán descubriendo más y más acerca de la genética, pero nunca explicarán el poder transformador del paso del tiempo y la presencia del amor.
"Soy una mujer nacida de una FIV. Eso es lo que quiero que los padres que recurren a las técnicas de reproducción asistida - FIV sepan"
Loren nació en 1994, una de los primeros niños/as en Australia concebida a través de la donación de embriones. Tiene un mensaje importante que todos los padres de FIV necesitan escuchar.
Una noche, cuando tenía 13 años, mis padres me sentaron. Pensé que estaba en problemas, porque era una niña tremenda. Ambos parecían serios, pero mi madre parecía tener el peso del mundo sobre sus hombros.
Me dijeron que yo era especial. Yo era un niña de FIV y, además, fui concebida con un embrión donado. Para ser honesta, al principio estaba confundida, pero al final me di cuenta de que no era su hija biológica.
En cuanto a mis padres biológicos, por su privacidad, no revelaré lo que motivó su necesidad de acceder a la FIV. Sin embargo, tras recurrir a los tratamientos de FIV tuvieron tres hijos. Los nueve embriones restantes decidieron donarlos. Cinco años como embrión crioconservado. Fui el único embrión en sobrevivir y ser transferido con éxito.
Nunca me he avergonzado de mis orígenes ni me he sentido inferior a mis compañeros.
LA INFERTILIDAD NO ES UN DEFECTO. La idea de que las mujeres vinieron al mundo para procrear está muy extendida. Simplemente no es así. Descubrir que necesita usar la ciencia para concebir no significa que haya fallado, y no significa que ningún niño concebido a través de la reproducción asistida sea en modo alguno "artificial" o diferente de los niños concebidos naturalmente. Estoy orgullosa tanto de mi madre biológica como de mi madre. La fertilización in vitro no los hace diferentes de otros padres y crecer, educar y amar a un niño que no lleva su material biológico no hace que mi madre sea menos madre.
Lo que hace a uno ser un verdadero padre es su capacidad de amar. Las noches de insomnio al lado de la cama, tratando de bajar la fiebre. Cambiar pañales, curar heridas.
Para las mamás y los papás de "niños nacidos mediante FIV": nunca debéis sentir vergüenza. No permitáis que otros os juzguen o juzguen a vuestro hijo. Sentid orgullo de vuestra fuerza y sacrificio. Y sobre todo, saber que la felicidad es vuestra. Nadie puede negárosla con sus comentarios o prejuicios. ¡Sed felices! GET YOUR FAMILY
